Los cambios de estación siempre nos inspiran para hacer un cambio en nuestras vidas, para apuntarte a un gimnasio, para matricularte en algún curso, o para comenzar nuevos hábitos. El ser humano, pero también los animales, necesitan un cierto cambio. Y los cambios son buenos. Aunque no lo creas, siempre son positivos. Sólo tienes que buscar el aprendizaje que vas a obtener de los mismos y tener las ganas suficiente para ponerte en marcha. renovarse o morir
Hoy estaba leyendo en un artículo la historia del águila. Parece ser que cuando un águila llega a los 40 años, solo puede hacer dos cosas: o renovarse o morir.
El águila es un magnífico animal dotado de gran inteligencia. Cuando las garras y el pico del águila se han desgastado y curvado tanto, que tan apenas puede cazar, debe tomar una decisión drástica. O abandonarse hasta que muera por no poder cazar, o golpear contra una roca para desprenderse de su pico . Y esperar a que crezca para desprenderse, una a una de sus uñas. También renovará sus plumas. Ese proceso dura unos 150 días. Pero tras ello, el águila puede vivir 30 años más. Es digno de destacar la fortaleza de un ser tan maravilloso, que a pesar de un gran sufrimiento, decide seguir luchando por su vida, de forma valiente y sin rendirse…
Cuántas veces nos enfrentamos a decisiones que pueden cambiar o mejorar nuestra vida, a pesar que de momento nos cuesten, y las evitamos por miedo… es decir, nos dejamos “morir”, nos rendimos sin saber, que tras ese cambio, una nueva oportunidad de vida nos espera.
La mayoría de las veces no tomamos las decisiones por miedo. Miedo a fracasar, miedo a perder lo que ya tengo, miedo a lo que dirán… miedos que nos paralizan y no nos dejan avanzar.
Ahora, que estamos a ley de un mes para que cambiemos de estación, que nos adentramos en el otoño (aunque me vale para cualquier época del año), quizá sea el momento de tomar una decisión que cambie tu vida. Puede ser cambiar a un trabajo que amas, dejar esa zona de confort en la que estás y que por miedo no has querido dejarlo todo y hacer lo que realmente quieras hacer, o comenzar unos estudios o máster que, por miedo a gastar el dinero, no hayas hecho. Irte de viaje y por el mismo miedo anterior, aún no lo has querido hacer, comerte esa comida que tanto deseas, o decir todo eso que te guardas por dentro, pero por miedo a perder o ofender a otros no lo haces. Puede que también sea simplemente cambiar un hábito que tú sabes es pernicioso para ti. Todo eso y mucho más, arriesgate y hazlo.
La buena noticia o la mala, es que el cambio que deseas para tu vida, está solamente en tus manos y en las de nadie más. Tienes que saber que sólo tú puedes ser el artífice del cambio. Y sólo depende de ti. Nunca pero nunca, dejes tus sueños en manos de otros.
Yo ya estoy preparando el mío, de hecho llevo meses trabajando en ellos (lo importante es no desistir y no dejar para mañana, lo que puedas hacer hoy) las oportunidades están ahí fuera, y si no la aprovechas tú, ten por seguro que vendrán otros que si la aprovecharán. Para mi es importante la escritura, y en estas vacaciones voy a por todas para terminar ese ¨famoso libro¨. Además, voy a cambiar alguno de mis hábitos, que se que no me convienen, y aunque hay días que vuelvo a los anteriores, se que, sin prisa y con pausa, los alcazaré, todo sea por mi bien.
Me encuentro finalmente trabajando en algunos proyectos que estaban estancados por causas ajenas a mi, pero siempre tenemos alternativas para ir a por todas, recuerda algo: Roma no se hizo en 2 días, así que adelante.
Y tu, ¿qué vas a hacer? te vas a dejar a morir? o piensas renovarte.
Fin.